26 de noviembre de 2008

Una revolución contra tu propia conclusión

Se plantea una situación. Surge, sorprende. Analizo ventajas y desventajas. Puntos de vista. Pruebas, hechos. Suposiciones, fantasías, sueños, deseos. Los dejo de lado, vuelvo a los hechos. Las pruebas son incontundentes. Son lo que son, pero son lo único que hay.Incertidumbre de nuevo. Qué deseo, qué quiero, qué conviene, qué es mejor a la larga, qué me hace bien y qué me hace mal.
No, me hace mal. No, no es lo que quiero. Deseo, no me conviene, no es mejor. No hay ventajas. Los sueños son sueños.
Llego a una conclusión. Ya no hay vuelta atrás, lo decido, lo deseo, quiero seguir y no volver. Me siento en paz, empiezo a sentirme mejor.
De repente, la situación sufre un giro inesperado (o esperado?) como en una película.
El análisis detallado cuidadosamente, la elaborada tesis, el descubrimiento de una teoría que creía irrefutable...todo se va a la basura. Un guión de una película que nunca se filmará...no necesariamente se basaba en hechos reales, como debia ser. Se basaba en suposiciones mezcladas con sentimientos, fantasías, sensaciones.
O no? Tal vez toda mi teoría tenía sentido, pero ya la perdí, tengo que reescribirla. El guión ya no me resulta creíble, sería mentirme a mi misma. Será igual? tendrá otros matices? será completamente distinto? no sé.
Mi conclusión anterior no sirve; no cierra, no llega a tener una lógica sólida, no es fácilmente comprobable.
Quizás estas cosas no tengan una lógica, no puedan comprobarse, no puedan ser analizadas. Son sólo cosas que pasan que no necesitan por qués, para qués, cuandos ni cómos...sólo pasan, se dan o no se dan. Sólo hay que fluír con ellas, aún estando a la deriva en un río bravo. No vale la pena luchar contra la corriente, no vale la pena querer agarrarse de alguna rama para salir; el río es demasiado fuerte...pero sí se puede conseguir un salvavidas o un bote para no ahogarse en el viaje...
cuál es tu salvavidas?

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