16 de julio de 2010

Si te pica, rascate

Si la naturaleza biológica del hombre es desparramar su semen en cuanta hembra logren conquistar para así procrear contribuyendo a la evolución, ¿por qué les cuesta tanto irse luego de terminar el trabajo? Hay cosas en las que jamás evolucionan…Y es que- sin ánimos de ofender, mis adorados hombres-, nunca aprendieron a decir adiós cuando corresponde: a tiempo.

En toda pareja, a menos que sean almas gemelas inseparables forever and ever, surge en algún momento una duda. Dudas de cualquier índole, dudas pelotudas, dudas importantes, dudas pensadas desde los genitales.

"¿Esta persona realmente encaja con lo que quiero en mi vida? ¿Puedo seguir para siempre escuchando esta mierda de música que pone todos los días? ¿Puedo bancarme que le mire el culo a la vecina, por más que no tenga chance? Si se rapara ¿puedo seguir amándolo? ¿Y si quiero otra pija, eh? ¿Y si quiere otra concha? ¡¿EHHH EHHH?! "

Y una vez que te ataca una duda, sabes que empiezan a aparecer más, como cuando te pica un mosquito y le pegas un manotazo pero te quedás mirando alrededor frenéticamente esperando ver dónde están los demás. Aparte de aparecer en manadas, los mosquitos y las dudas tienen en común que rompen tanto las pelotas que te cansas de espantarlos porque siguen volviendo.


Y entonces, las peleas.
Y entonces, el sexo de reconciliación.
Y entonces, las discusiones.
Y entonces, el “voy a cambiar”.
Y entonces, más sexo.
Y entonces, se pudre todo.

Todos sabemos que somos como somos, y que si no te la bancas como es, estás frito. Es en estos momentos, cuando el chabon que aparentemente te dice que va a cambiar y que todavía te ama, también está re contra podrido de todo, como vos. Los dos están pensando que ya no quieren estar juntos, pero acá es cuando la FALTA DE HUEVO (lo pongo en rojo, porque es un peligro) entra en juego y ocurre una de estas dos situaciones:

1. Si es un forro malparido, te caga. Se va con otras minitas, consigue la vida de soltería que tanto quería, y mientras tanto te mantiene ahí, “por las dudas”.
2. Si es un simple idiota, se enoja, no cambia un carajo y se queda esperando que te canses y digas basta.

Vale aclarar que a pesar de cualquiera de las dos situaciones, los salames se terminan arrepintiendo porque se dan cuenta que mil conchas no valen una buena NOVIA.

Me dijeron por ahí, y quisiera creerlo, que cuando llega la crisis (u otra mujer), algunos hombres son capaces de decir exactamente lo que piensan y cortar la relación. Pero les advierto, nenas, que son la minoría; así que si les empieza a picar, en vez de ponerse a espantar los mosquitos, busquen un buen Raid… y al carajo.

12 de julio de 2010

Playground Love

Pasaron los años y las cosas cambiaron... o quizás no cambiaron en absoluto.

Cuando pensaba en él, me sentía chiquitita. Imaginar su sonrisa me trasladaba a un mundo de magia en el que lograba vislumbrar la felicidad todavía lejana pero latente, como cada nota en esta canción me envuelve en sus brazos de destellos dorados prometiendo que todo va a estar bien.


El castillo que veía en el horizonte, aquel por el que tantos kilómetros había recorrido en busca de todas las cosas que siempre había soñado, se fue perdiendo en un bosque de hiedras venenosas y serpientes, uno que jamás me atrevería a cruzar, temiendo el dolor de morir a medio camino. "Como mueren los valientes... o como mueren los tontos", pensé.

De espaldas a la luz, cerré los ojos, dejando que las manos frías me atraparan para llevarme a nuevos caminos de máscaras, confusiones y miedos. Es fácil perderse cuando dejas de lado el camino que sabes que tenes que seguir...Cuando al fin me dí cuenta: lo único que estaba obstruyendo la luz era yo.

El bosque amenazador comenzó a ceder, haciendo desaparecer poco a poco cada una de sus ramas puntiagudas, sus oscuras criaturas y los peligrosos laberintos que conformaba.
Me volví a la luz, y allí estaba, mi castillo, mi felicidad. Las mariposas danzaban a su alrededor como si la primavera nunca se hubiera ido. Las nubes parecían copos de algodón, y sólo bastaba creer y saltar con los brazos en alto para poder tocarlas. El mundo de fantasía existía únicamente para aquellos que quisieran verlo sin temer.

Su sonrisa surgió como el alivio que produce el sol después de una noche helada. Ya no temía, ya no me desesperaba llegar al castillo: ahora podía simplemente disfrutar del camino y de lo que me encontrara en él.

La simple presencia del castillo con el bello príncipe esperándome no había hecho otra cosa que sembrar esperanza, y yo, dolida por la espera del arduo camino, no había hecho más que dejar de avanzar hacia aquello que desde un principio siempre había sido mío... él y su sonrisa sólo se encontraban en lo alto de la montaña porque yo los había imaginado allí.


La rueda había dado una vuelta completa, había cumplido su ciclo.
Y ahora, aquello que tanto dolor me producía, me hacía bien nuevamente. Ahora me deleitaba su existencia. No era más que otro maravilloso ser que me acompañaba ayudándome a aprender en este mundo de plastilina al que yo tengo el poder de moldear a mi gusto.


No hace falta pensar ni luchar... este lugar es todo nuestro, dediquémonos a jugar.