31 de mayo de 2011

Creás lo que creés

Mirando este programa, rescato algo que me parece interesantísimo para pensar. El actor Jim Carrey está hablando de una creencia que sacó de un libro llamado "Anagrams", y esto es lo que dice:

"Todos empezamos con una falsa creencia sobre nosotros mismos. Con alguna cosa falsa en la que creemos a través de nuestras vidas... "No lo merezco", "no soy adorable", "voy a fracasar". Cualquiera sea la creencia básica y errónea que tienes sobre ti mismo, formas tu personalidad alrededor de ella."

Carrey explica que esto lo ayuda a desarrollar sus personajes, para comprender y poder expresarlos, buscando esa semilla que empezó todo, esa creencia que se plantó ahí y formó a la persona a través de los años.

Si fueras un personaje en una película y alguien te representara... ¿Cuál sería esa creencia falsa? ¿Podes ver por qué hoy sos como sos debido a lo que pensas acerca de vos mism@?

¿Sos capaz de reconocer que hoy podes empezar a cambiar esa creencia, así como se puede plantar una nueva semilla, para convertirte en quien realmente quisieras ser?



Believe that life can change
That you're not stuck in vain
We're not the same, we're different
Tonight

EDIT: Agrego una frase sacada de Prison Break que me encantó:

"Somos cautivos de nuestras propias identidades viviendo en prisiones de nuestra propia creación".

24 de mayo de 2011

No porque sea lo más lógico, es lo más real



~They made it far to easy to believe that true romance can't be achieved these days...~ ♥

“No porque sea lo más lógico, es lo más real”.
Un día se me ocurrió esa frase jugando al Buscaminas. Porque era lógico que la mina que faltaba para ganar el juego, estuviera en el cuadradito de al lado. Pero no... si bien las minas están escondidas en un lugar específico para que las encuentres, las pistas a veces son un poco confusas.

“No porque sea lo más lógico, es lo más real”...

¿Cuántas veces en la vida nos guiamos por nuestros análisis subjetivos de las cosas? ¿Y cuántas veces, aquello que es lógico para nosotros, es un disparate para otro? Lógica... vivimos buscando lógica. Como si eso realmente existiera fuera de las ciencias exactas. Pero nos enseñan a pensar así... en casa, en la escuela, en la facultad, en el trabajo... una no puede andar deseando o diciendo cosas que no están comprobadas, que no son razonables y aceptadas por el resto de la sociedad.

Es que eso es la "lógica". Conceptos de realidades que han creado los demás por nosotros.

Nos basamos siempre en hechos, en acciones, en pasados y en lo que vemos y oímos, usando todo eso de fundamento para decidir si algo es lógico o no, para comprobar que tenemos RAZÓN (aunque sea horrible tenerla)... como si todo eso fuera la verdad absoluta, lo que llamamos REALIDAD. Y la verdad es que, si lo pensas, la realidad es subjetiva. Al que vio fantasmas, lo tratan de loco. Al que cree en el amor en estos tiempos, lo tratan de boludo...

Siempre hay más de una posibilidad, realidades que no se alcanzan a ver, sentimientos enmascarados y oportunidades perdidas... las cuales solamente pueden ser aprovechadas si dejamos de buscar la lógica.


No porque creas que las cosas son como vos pensas, lo son.
No porque sea lo más lógico, es lo más real.




8 de mayo de 2011

Miedo a Soledad II




El bar estaba lleno de gente. Las luces de colores y las sombras jugaban con su mente mientras se adentraba en el tumulto de la mano cálida y protectora de Gaspar... debía encontrar a Melisa, rápido... al menos para desearle un feliz cumpleaños, bailar un par de canciones, regalarle unas cervezas y salir de ahí corriendo, salir antes de encontrarlo. Podía verlo aunque no estuviera ahí, todos aquella noche tenían algo de él. Sus pantalones, su voz, su collar, su pelo, su sonrisa. Sentía la presencia de Nazareno en el lugar, o quizás estaba volviéndose loca. Quizás podía verlo en cualquier persona porque de alguna forma él se había aferrado a su cuerpo, a su cerebro, como un parásito. Él seguía viviendo en ella, latente, esperando.


Luego de tomar algunos tragos, se sintió un poco más relajada. Melisa la estaba pasando muy bien. Un pensamiento arremetió contra ella como un viento frío, inesperado: "se la habrá cojido a ella también?".
Gaspar le dio un beso suave en los labios antes de irse al baño de caballeros. La había dejado sola, desprotegida. Empezó a transpirar, a pesar de que tenía frío. A su alrededor todos cantaban y bailaban alguna canción de moda que ella no reconocía. La cumpleañera armó un trencito invitando a todos a seguirla, agitando una maraca fosforescente y repartiendo gorros de cotillón. Soledad quedó envuelta en el medio de la cadena de gente, que se desplazaba veloz, escandalosa, empujándola. En cada rostro que pasaba por delante suyo creía ver a Nazareno... hasta que finalmente lo vio. Estaba ahí después de todo. Tal vez tuviera suerte y al menos él no la hubiera visto.

Soledad atravesó el lugar respirando agitadamente, buscando a Gaspar. No supo distinguir si era el efecto del alcohol, el ataque de pánico o simplemente angustia. Dio vueltas en el bar sin encontrarlo. Por un segundo se le cruzó la idea de que se había ido, que la había abandonado. Después lo imaginó en la puerta del baño, besándose con alguna fulana. Cerró los ojos y se obligó a enfocarse. Gaspar no haría nunca una cosa así. Él no era así. Definitivamente había tomado demasiado, y ni sus piernas ni su mente le hacían caso. Decidió ir al baño a mojarse la cara, pero antes de llegar, una mano la frenó tomándola por la cintura.


-¿Perdiste a tu novio?-, dijo Nazareno, con una mueca. Soledad se sintió mareada.

-Sí... ¿sabes dónde está?- logró contestar.

-No...- dijo él, prendiendo un cigarrillo. Soledad se apoyó contra la pared detrás suyo, mientras el mundo daba vueltas a su alrededor. Con el cigarrillo todavía en la boca, Nazareno apoyó las manos en la pared a sus costados, atrapándola. La miró fijamente y acercando su boca a la suya le dijo:

-Decime... ¿qué tiene él que no tenga yo?-. Sus labios dejaban al descubierto una sonrisa burlona. Soledad lo miró, indefensa, débil. Pensó por un momento, recordando la mano cálida de Gaspar, sus labios suaves, su mirada tierna. Su abrazo protector.
-Amor-
, contestó.


-Miedo a Soledad (parte 1)
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5 de mayo de 2011

It's all over

Me encanta mirar series. Algunas me atrapan por las historias, por la intriga, el misterio… otras veces, me enamoro de un personaje, o de varios. A veces llego a amar hasta la forma en que está hecha: los planos, la fotografía, la música, los diálogos. Si me gusta el primer capítulo es muy probable que devore cada capítulo saboreándolo hasta el último minuto. Lo malo de las series, es que también se terminan, hayas tenido suficiente o no, haya sido cancelada o exista un final.
Toda persona a la que le guste seguir una serie o una novela, me puede entender cuando digo que una vez que terminas de ver una (especialmente si te encantó), te sentís vacío. Me consuela pensar que bueno, de última, puedo empezar a verla toda de nuevo. Pero como sé lo que va a pasar, ya no tiene sentido. Ya no me produce lo mismo. Pienso con amargura que nunca más me voy a enganchar a mirar otra, porque esa era la mejor que vi en toda mi vida. Pero soy consciente de que ya pasó, y en algún momento lo tengo que aceptar. Algunas veces me jode tanto haber terminado de ver esa, que no quiero mirar otra por un buen tiempo. Pero mi naturaleza es así, viciosa.
Entonces tarde o temprano, no me queda otro remedio que buscar otra cosa con qué entretenerme. Al principio, nada me resulta lo suficientemente interesante, no puedo evitar comparar, porque en realidad lo que quiero es seguir viendo la anterior. Ya no me enamora ningún personaje, la fotografía y el sonido son una porquería en comparación con la otra. Sin embargo sigo mirando, porque “es lo que hay”.Quiero ver una serie, quiero enviciarme de nuevo, porque me encanta estar enviciada. Entonces después de ver unos cuantos capítulos, me engancho de nuevo, y la última serie que había mirado, queda cada vez más atrás. Voy olvidando todos aquellos detalles que me habían hecho una adicta a ella, y sin darme cuenta, lentamente, me voy haciendo adicta a la nueva.

Lo mismo me pasa con los libros…
Lo mismo me pasa con los lugares…
Lo mismo me pasa con los juegos…
Lo mismo me pasa con los hombres.